1. Comienza por pelar y picar los tomates. Pela y corta en cubos pequeños la cebolla y los dientes de ajo.
2. En una sartén grande, calienta 2 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla y el ajo picados y saltéalos hasta que la cebolla esté transparente.
3. Añade los tomates y sube el fuego para que la mezcla se caliente rápidamente.
4. Cuando los tomates estén blandos y hayan soltado su jugo, apaga el fuego y deja enfriar la mezcla.
5. Una vez que la mezcla esté completamente fría, colócala en la licuadora y tritura hasta obtener una consistencia suave. Pasa la mezcla por un colador fino para eliminar las semillas y la piel de los tomates.
6. Vuelve a calentar la salsa a fuego bajo y agrega sal y pimienta al gusto. Agrega hojas de albahaca fresca picada para dar un toque de aroma y sabor.
1. Hierve agua en una olla grande. Agrega una pizca de sal y un chorrito de vinagre blanco en el agua.
2. Rompe los huevos en tazones individuales.
3. En un colador, escurre el exceso de clara de huevo de cada huevo. El objetivo es mantener la yema intacta al momento de cocinarlos.
4. Cuando el agua esté caliente, reduce el fuego a media potencia y con ayuda de una cuchara, crea un remolino en el agua. Esto ayudará a dar forma a los huevos poché.
5. Agrega con cuidado los huevos, uno por uno, en el agua. Cocina los huevos durante 3 minutos (o hasta que la clara esté firme y la yema esté fluida pero caliente).
6. Retira los huevos con cuidado con una cuchara ranurada y colócalos en un plato cubierto con una toalla de papel para eliminar el exceso de agua.
Sirve los huevos poché en un plato individual, cubre con salsa de tomate casera caliente y adorna con hojas de albahaca fresca.
Los huevos poché con salsa de tomate casera son una opción saludable y deliciosa para cualquier hora del día. Una vez que aprendas cómo prepararlos, podrás experimentar con diferentes variantes de salsa y de ingredientes adicionales. ¡Buen provecho!